Una Comunión diferente

Hace años hubiese dicho algo como que “la hipocresía es una de las cosas que menos soporto”, pero eso es como darse de bruces contra un muro. La hipocresía forma parte inherente de la sociedad porque es un atributo propio del ser humano. Es verdad que unos se sienten más cómodos que otros siendo hipócritas pero, tarde o temprano, todo el mundo se comporta así alguna vez. Y muchos le cogen el gusto y lo hacen por placer.

Sin querer hilar muy fino, muchos estaréis de acuerdo conmigo en que detrás de los actos religiosos hay un poco de hipocresía. No dudo de que muchas personas sientan lo que hacen cuando se casan por la iglesia, cuando bautizan a sus hijos, o cuando los llevan a hacer la Comunión, pero tampoco es menos cierto que otros tantos lo hacen por hacer, por cumplir, y en última instancia (o en primera) por sacarse unos cuartos con el evento.

Todo el mundo decidió que mi hijo debía hacer la Comunión. Sabía que si me oponía iba generar marejada. Estaba en mi derecho y podía haberlo hecho y el niño no hubiese comulgado de ninguna de las maneras. Así que con un poco de diplomacia y tal vez un poco de hipocresía ‘permití’ que el niño empezara a la catequesis. Pero tenía un as guardado en la manga: colaborar fundacion md anderson cancer con tus celebraciones.

Si realmente queríamos que el acto tuviese sentido debíamos hacer algo para que el evento fuese algo más que comer y recibir unos regalos. Conocía la actividad de la Fundación MD por unos contactos profesionales que trabajan en actos solidarios contra el cáncer. Ellos me hablaron muy bien de esta opción de darle un matiz solidario a las celebraciones de toda la vida.

Lo comentamos con algunos de los familiares y a la mayoría les pareció bien la idea, aunque a algunos les pilló por sorpresa. Para mí, colaborar fundacion md anderson cancer con tus celebraciones fue la forma de limpiar un poco mi conciencia y, al menos, recordarme a mí mismo que cuando uno hace algo debe darle un sentido, sino es mejor no hacerlo.