¿Me conviene un vehículo de renting?

El renting ya no es cosa exclusiva de empresas. Hoy, las Ofertas Renting berlinas también tienen en cuenta a los particulares que van a hacerse con un vehículo para el uso normal que todos le damos en nuestros hogares. Pero, ¿es bueno para todo el mundo?

Si eres una persona que no manejas tu coche con frecuencia, el renting no te va a merecer la pena. Pero si haces muchos kilómetros y necesitas que tu vehículo esté siempre en el mejor estado, es una gran opción. Primero porque te compensará incluso si tienes que pagar un plus por kilómetros, ya que cuánto más lo uses más posibilidades hay de que el coche falle y más desgaste habrá de piezas. Es decir, más gastos de mantenimiento. Y no tendrás que cubrirlos porque estarán incluidos en tu cuota mensual.

También es una buena opción para personas que son muy especiales a la hora de comprar coche. Con el renting podrás probar tu vehículo sin comprometerte con él, ya que podrás cambiarlo por otro si no te gusta o incluso devolverlo y no continuar con el contrato una vez que finalice este. Pero si por el contrario estás satisfecho con el rendimiento y la comodidad de este, llegado el momento son muchas las marcas que dan la oportunidad de adquirir el coche a un precio previamente pactado. Y lo comprarás sabiendo exactamente qué es lo que te llevas y que te merece la pena el desembolso.

Otra razón para apostar por el renting es la de que tu familia pueda tener cambios en breve. Por ejemplo, si tienes pensado tener hijos puedes comenzar con un coche pequeño para ti y para tu pareja, pero cambiarlo por otro familiar cuando llegue el primer bebé. O comprar un coche de gran tamaño porque sois muchos en casa y, por el contrario, cambiar a uno más pequeño si al poco tiempo los hijos se independizan o se van a estudiar fuera.

Lo bueno del renting es que se adapta a cualquier estilo de vida y a todos los cambios que se puedan producir ahorrando muchas molestias como vender coche, elegir otro nuevo y perder dinero en estos cambios, ya que una vez que el vehículo se matricula y sale del concesionario ya pierde una parte de su valor. Además, permite una mejor organización de la economía al ahorrar muchos gastos imprevistos, fijando una cuota fija.