El viajero previsor, una rara avis

Cuando vemos los comentarios que la gente deja en sus redes sociales a raíz de escapadas o de vacaciones para quedarse de algunos problemas, no podemos menos que pensar que la mayoría de estos problemas podrían haberse arreglado, simplemente, con ser un poco previsores. ¿Nos hemos acostumbrado, acaso, a querer todo al momento y que se nos dé? Tal vez, pero esto tiene un nombre y es “capricho” y, por mucho que nos apetezca, los caprichos no siempre se consiguen.

Por ejemplo, es normal ver a gente quejándose de que no pueden entrar con el coche en el centro de algunas ciudades o que es imposible aparcar en los mismos. Incluso de que los parkings son carísimos. Este problema es tan fácil de evitar como informándose primero sobre las posibilidades de circular por el centro del destino de vacaciones y reservar parking en Huelva centro o la ciudad a la que vayamos a acudir.

Otros se quejan del tiempo. Pero reconocen que no miraron las previsiones sino que dieron por sentado que haría buen tiempo en función del mes en el que viajan o, incluso, porque hacía buen tiempo el día que reservaron. Evidentemente, no podemos reservar un viaje con tres meses de antelación y pretender que nos digan qué tiempo va a hacer. Pero si la reserva es de última hora, sí podemos obtener una previsión. O incluso consultar las previsiones antes de hacer la maleta para llevar la ropa adecuada y, dentro de lo posible, adaptar nuestros planes en caso de lluvia inesperada.

Los precios de algunos restaurantes o chiringuitos en la costa son también motivo de muchas quejas, cuando es muy sencillo reservar con anticipación una mesa en un local que nos guste, conociendo de antemano la carta y los precios. De esta manera, no va a haber sorpresas y ni nos vamos a quedar sin un lugar en el que sentarnos a la mesa ni nos van a desajustar el presupuesto de las vacaciones.

También son habituales las quejas respecto a los hoteles y, salvo excepciones ya que en todos los sitios pueden pasar cosas inesperadas, son quejas que se repiten una y otra vez en las valoraciones que los clientes realizan del alojamiento. ¿Por qué reservas un hotel que está previamente calificado como ruidoso por más de veinte personas si lo que buscas es tranquilidad o un ambiente romántico? Lo dicho, los viajeros previsores, son cada vez más difíciles de encontrar.