El café de Tito

Para mí es uno de los oficios más complicados que existen: regentar un local de hostelería obliga a dedicar al trabajo más horas que en casi cualquier otra profesión. Por eso, nunca entendí por qué mi amigo Tito quería dejar su trabajo en la empresa de material de oficina para poner un café. Le iba bien, le habían promocionado recientemente, pero seguía a disgusto.

Así que cuando localizó un pequeño local en alquiler en su barrio se lanzó a por él sin pensar mucho en las consecuencias. Yo soy mucho más pragmático y eso de “lánzate a por tus sueños” me suena a cuento chino. Pero a él no. Y se lanzó.

En pocas semanas, mucho más rápido de lo esperado, el café abrió sus puertas. Una buena idea que tuvo Tito fue orientar el estilo del café hacia un público joven, aficionado a los productos naturales y ecológicos. Yo mismo, que soy alérgico, me puedo tomar un café con la leche sin lactosa sin que el camarero me mire raro. Pero además tienen muchos productos locales, vendiendo marcas de la zona: Tito lo llama “hacer barrio”.

Pero a los cinco meses de abrir el local, hizo cuentas… y no salían. Había hecho una pequeña inversión y era consciente de que los beneficios podían tardar en llegar, pero empezó a asustarse con la posibilidad de tener que echar el cierre. Entró un poco en pánico y decidí ayudarlo.

No me lo pidió porque es un tipo bastante orgulloso, pero sabía que, en el fondo, estaba deseando que le echase un cable. Yo tengo mucha experiencia en finanzas y soy abogado. Le dije que me dejara los “números” del local que les echaría un vistazo. Me dijo que me pagaría un dinero, pero yo me negué: “suministro gratis de café con la leche sin lactosa… y me doy por pagado”.

Ya digo que lo de cumplir los sueños lo veo un poco de libro de autoayuda, pero no podía ver como la ilusión de Tito se desvanecía. Tras analizar su situación financiera le recomendé varias estrategias que funcionarían muy bien: estaba gastando más de la cuenta en aspectos que no lo necesitaban. El café reflotó… y yo tengo suministro de por vida.