Cambios en la empresa 

Vivimos tiempos de cambio, también en mi empresa. Por suerte, mi sector no ha sido de los más afectados por la crisis económica derivada de la crisis sanitaria pero sí que los de arriba han aprovechado para hacer cambios considerando que era el momento adecuado para hacerlos. Para empezar, nos hemos fusionado con otra pequeña empresa que ya formaba parte de la nuestra pero que, hasta ahora, trabajaba de forma independiente.

Sin duda, se trata de ahorrar costes principalmente ya que la mayoría de trabajadores de la firma pequeña vienen a nuestra oficina. Pero también se trata de ganar en productividad al estar todos en el mismo espacio. En relación a este importante cambio se han producido transformaciones menores como la propia imagen de la empresa: el nombre no cambia, pero si el logo, los colores corporativos y demás.

Esto ha llevado al departamento de marketing a encargar también material de oficina personalizado con todos los nuevos logos. La cosa va en serio en este sentido porque hasta han cambiado el logo que aparece en la parte superior del edificio que ocupa nuestra oficina. Cambiar la imagen corporativa siempre conlleva riesgos porque el cliente se acostumbra a una imagen y no es fácil disociarla. Pero el departamento de marketing ha llegado a la conclusión de que era el momento adecuado de hacerlo.  

Y puede que tengan razón. Ahora que ya hemos recibido la nueva remesa con el material de oficina personalizado hemos comentando entre los compañeros que el nuevo logo es mucho más moderno y adaptado a los nuevos tiempos, de esos logotipos que no puedes parar de mirar: con el antiguo no pasaba lo mismo. Y aunque al final lo que cuenta es el trabajo que hacemos para nuestros clientes, la primera impresión siempre es importante en cualquier ámbito comercial.

Ahora que parece que se empieza a ver la luz al final del túnel, nuestra empresa parece que puede salir reforzada: nos sentimos afortunado de que sea así, y además con un cambio de imagen que parece nos ha venido bien a todos.