5 ventajas de la carne congelada

La carne de vacuno congelado ofrece muchas ventajas, tanto en el hogar como en la hostelería. Veamos algunos de los más importantes.

1-Permite contar con grandes cantidades de carne sin miedo a que se estropee. La carne fresca tiene fechas de consumo cortas, pero cuando está congelada, puede estar meses en un congelador de buena calidad. En hostelería, donde es preciso contar con mucha comida, es una forma de poder contar con reservas sin miedo a que se estropeen si finalmente no hay tantos clientes como se esperaban esa semana.

2-Nos olvidamos de que los precios suban en determinadas épocas del año. Las carrilleras de ternera están muy solicitadas en Navidad, porque muchas personas las piden para sus menús de cenas de empresa o las llevan a casa. Esto hace que su precio aumente y mucho durante estas fechas. Comprarlas con antelación y congelarlas facilita que se puedan tener cuando hacen falta a muy buen precio. Y esto sucede en casa y también en la hostelería, donde suelen adquirir este tipo de cortes ya congelados para que, de esta manera, conserven su delicada textura.

3-Con una buena técnica, conservan sus propiedades. El truco está en que la carne tiene que congelarse muy rápido, por eso los congeladores más potentes son los mejores para este fin. Si el proceso es lento, la cristalización del agua puede dañar la textura de la carne. Sin embargo, debe de descongelarse muy lentamente. Por eso, no debe de dejarse la carne en la encimera para que descongele, sino que es preferible hacerlo en la nevera, para que el proceso sea lento, no se dañe la carne y se evite, además, la contaminación por bacterias.

4-Nos permite organizar los menús con mucha antelación. Esto es especialmente importante en menús de grupos numerosos en hostelería. Se podrá contar con los ingredientes principales varios días antes y se evitan problemas de última hora. Incluso se pueden prever, como hemos visto, subidas en los precios.

5-Evita que se tiren las sobras. En muchos hogares la carne que se ha cocinado y que no se consume por el motivo que sea, se vuelve a congelar. Si se hace de la manera adecuada, cuando se descongele nos encontraremos con que tiene prácticamente el mismo sabor y textura, por lo que estaremos disfrutando de ese plato y no habremos tirado algo que se puede aprovechar perfectamente.