En las Rías Baixas se elaboran algunos de los caldos más codiciados en el sector de la viticultura. Granbazán, Lagar de Costa, Baión y otras bodegas se han convertido en una referencia indiscutida en la creación de vinos blancos provenientes de uva albariño, variedad que se caracteriza por sus racimos pequeños, un prolongado ciclo vegetativo y sabor fino y seco, tan frutal como aromático.
En concreto, la de Granbazán es una de las bodegas albariño más emblemáticas del Valle del Salnés. La antigüedad de sus viñedos y el contacto permanente con el clima atlántico, entre otros factores, dan como resultado la elaboración de algunos de los mejores albariños de Galicia, en un entorno privilegiado que sorprenderá a los entusiastas de los clásicos chateau franceses.
Por su parte, Lagar de Costa es una bodega familiar de pequeño tamaño pero grandiosos vinos de tipo albariño. 9 de cada 10 botellas se producen aquí con uvas provenientes de su propio viñedo, de medio siglo de antigüedad, nada menos. Sus caldos muestran un inconfundible color verdoso y amarillo, con un color herbal y aromático que es resultado del empleo de romero y laurel. Quienes lo deseen podrán hospedarse en las instalaciones de época de Lagar de Costa.
Respecto a Pazo Baión, esta selecta bodega de las Rías Baixas es heredera de varios siglos de historia y tradición, pues su edificio principal es un superviviente del siglo XV y sus viñedos arraigan en una tierra en la que ya se cultivaba la vida en el siglo XVIII. Sus albariños son especialmente frutales, envolventes y con un toque mineral en boca.
Más que honorables son las menciones de Mar de Frades, Castel de Fornos y Veiga Serantes, tres de las bodegas con mayor solera de la comunidad gallega, ganadoras en muchos casos de galardones como el Concurso de Albariños de Londres celebrado en 2012.