Siempre he sido de esas personas que prefieren la funcionalidad de las cosas a su estética, pero casi nadie piensa como yo y eso lo he podido comprobar cuando hubo que cambiar la mesa de la terraza. Yo me decantaba por una mesa normalita, que fuese barata y que nos diese el servicio que necesitábamos pero el resto de mis familiares prefirieron una mesa de terraza decoracion, y como era el único que pensaba diferente no me quedó más remedio que tener que tragar con la mesa que les gustaba al resto. Durante estos días ya se nota que el sol ya da por las tardes en la terraza y mi madre y mi tía ya van a poder pasarse la tarde tomando el sol. Sobre todo a partir del domingo cuando se cambie la hora al horario de verano. Seis meses he esperado a que vuelva el horario de verano que nunca debería cambiar. Te entra la depresión cuando nos cambian el horario de verano al horario de invierno porque los días no duran nada, no comprendo como hay gente en nuestro país que prefiera el horario de invierno pero es así, sobre todo cuánto más al este, y eso que allí tienen menos horas de sol, yo como estoy todo a lo oeste que se puede estar en nuestro país puedo disfrutar de todas las horas del sol a lo largo de la tarde. Me gusta cuando viene gente de fuera de nuestra ciudad y se da cuenta de que las horas de luz en nuestra ciudad llegan hasta las once de la noche. La primera vez que me dí cuenta de esto fue durante la ceremonia de inauguración de las olimpiadas de Barcelona, porque eran las nueve de la noche y en la tele era de noche y aquí todavía lucía el sol. Años después cuando fui de excursión de fin de curso a Mallorca con mis compañeros del instituto, lo pude corroborar y a las ocho de la tarde ya era de noche y eso que era junio, no quiero saber a qué hora anochece en invierno allí, seguramente a las tres o cuatro de la tarde.