¿Qué diferencia a los equipos informáticos industriales de los ordenadores domésticos?

La computación ha evolucionado a pasos agigantados en el mercado doméstico, pero su progreso a entornos industriales no ha sido menor. Entre sus diferencias más notables destaca, en primer lugar, la especificidad. El diseño de equipos informaticos industriales se adapta a la función específica para la que fue concebido, al contrario de lo que sucede con la mayoría de PCs y Macs capaces de soportar tareas ofimáticas, diseño gráfico, gaming, etcétera.

 

Este aspecto diferencial se traduce en la presencia de prestaciones exclusivas. Por ejemplo, determinados ordenadores industriales carecen de sistema de ventilación, para operar sin que los residuos del exterior puedan introducirse en la carcasa y deteriorar la vida útil del equipo.

 

Mientras que los ordenadores B2C operan en temperaturas ambiente de 20 a 25°grados centígrados, los equipos informáticos para industrias pueden diseñarse para resistir condiciones extremas, como las existentes en empresas de fundición, plataformas petrolíferas, etcétera, de manera que las altas o bajas temperaturas no conlleven su inoperatividad.

 

Por otra parte, la resistencia de un ordenador industrial supera en mucho al de uno doméstico. Generalmente, la carcasa y el soporte físico de aquellos es más robusta y resistente. En muchos casos se almacena en armarios salvaguardados contra impactos, la acción del fuego y otras amenazas. Si el terminal debe ser manipulado por plantillas numerosas, es común que se integra en un gabinete o similar, con el objetivo de evitar robos, vandalismo y malas prácticas en general.

 

Asimismo, la durabilidad de otra de las señas de identidad de equipos informáticos industriales. Y es que la vida útil de estos equipos tiende a superar a la de PCs y Macs con bastante holgura, si bien requieren una serie de revisiones y controles que resultan más complejas que una simple actualización del sistema operativo.