Con alrededor de 170 bodegas denominacion de orixe rias baixas, esta histórica región entre Baiona y Fisterra es conocida internacionalmente por la calidad y variedad de sus productos vinícolas. Parece lógico que también el turismo relacionado con el vino —es decir, el enoturismo— sea un dinamizador de la afluencia de viajeros a los municipios de Pontevedra y La Coruña.
La oferta de actividades enoturísticas es amplia en las Rías Baixas, abarcando desde la cata y el maridaje de vinos y platos locales, hasta el descubrimiento de su historia y su cultura, con visitas guiadas y paseos por viñedos. La de Santiago Ruiz figura entre las bodegas de O Rosal que cuentan con tours y experiencias relacionadas, incluyendo edificaciones antiguas y un museo.
De mayor solera es la bodega de Quinta Couselo, con un siglo y medio de historia, que los viajeros pueden explorar e incluso degustar en sesiones de cata en esta finca, propiedad de la familia Vicente. Los terrenos y construcciones formaron parte, en sus comienzos, del Monasterio de Oia. Por su parte, Mar de Frades es una etiqueta conocida en el mundo del vino. Tomar una copa de estos albariños en la propia bodega del Val do Salnés es una sensación única.
Otra forma de explorar la tradición vinícola de la región es aventurarse en cualquiera de las rutas disponibles, en especial la ‘Ruta do Viño Rías Baixas’, que recorre los principales destinos, alojamientos, monumentos patrimoniales o establecimientos gastronómicos estrechamente relacionados con esta bebida milenaria.
Las experiencias museísticas tampoco faltan en el itinerario de cualquier entusiasta del vino. Las colecciones del Museo da Ciencia do Viño en Salvaterra de Miño son una opción recomendada. Se sitúa en el Condado do Tea y cuenta con abundante material audiovisual que incluye desde pantallas táctiles hasta maquetas y juegos interactivos, que mantendrá interesados a los más pequeños.