La carboxiterapia, la mesoterapia y otros tratamientos cara están de rigurosa actualidad por sus resultados satisfactorios en el rejuvenecimiento de la piel. Sin embargo, el procedimiento antiaging que más crece en la actualidad es la redensificación cutánea.
La redensificación debe su éxito al uso combinado de ácido hialurónico y antioxidantes, en un proceso no quirúrgico que devuelve el volumen, la firmeza, la textura y la suavidad a la piel. Celebridades del cine y la televisión también se han hecho eco de sus bondades, lo que sin duda ha impulsado su fama reciente.
Este tratamiento libre de cirugía es menos invasivo y molesto que otros existentes en el mercado. Respeta las líneas de expresión, y tampoco afecta al tejido muscular, como sucede tras la aplicación de la toxina botulínica, de efectos imprevistos.
Respecto a su fórmula, la redensificación facial se compone de ácido hialurónico libre no reticulado, mayormente. A este polisacárido, tan común en el mercado de la belleza y del autocuidado, se suman la vitamina B6, los aminoácidos y diversos antioxidantes como el alfalipoico o el glutatión.
Los beneficios de la redensificación incluyen la hidratación de la piel y la recuperación de su densidad, que se debilita a partir de la mediana edad. Asimismo, elimina los síntomas del fotoenvejecimiento y potencia la elasticidad y frescura del rostro. Las arrugas y pliegues de la piel del cuello, ojos, etcétera, también pueden combatirse con este tratamiento.
En definitiva, la redensificación es una solución recomendada por expertos dermatólogos. Las pieles maduras pueden recuperar parte de su juventud, sin renunciar a la naturalidad en las líneas de expresión, ni someterse a procedimientos tan caros como dolorosos. Carece asimismo de efectos secundarios de gravedad, aparte de la inflamación y las rojeces que puede experimentar la piel en las horas posteriores al tratamiento.