Cuando por desgracia algún familiar muere siempre hay alguien que se pregunta que cubre el seguro de decesos si es que lo tenías contratado, aunque lo normal es que caso todo el mundo tenga un seguro de decesos cuando ve que su vida está llegando a su fin. Por lo normal los seguros de decesos deberían de encargarse del féretro, el traslado del fallecido hasta donde se celebrará el sepelio, los gastos del tanatorio (que supongo que incluirá el velatorio, el funeral y la cremación o enterramiento según sea el caso), y el papeleo inevitable que habrá que hacer cuando alguien fallece.
Por fortuna todavía soy demasiado joven y no debería de preocuparme por esta clase de cosas por el momento ya habrá tiempo de preocuparse de esas cosas en el futuro. O eso es lo que pienso hoy en día pero la verdad es que hace unos pocos años se murió de muerte natural el hermano pequeño de uno de mis amigos y eso nos hizo pensar un poco más en que el final está cada día un poco más cerca aunque aún nos queden muchos años por morir.
Está más que claro que el tema de la muerte no nos gusta a nadie y si no tenemos que pensar en ella pues mucho mejor pero no podemos olvidar que la muerte es el final que nos va a alcanzar a todos más tarde o más temprano. Algunos ya nos estamos empezando a dar cuenta de que ya hemos llegado al intermedio de nuestra vida y que ahora el reloj solamente va para atrás, no como cuando eres joven que ves la muerte como algo que todavía falta mucho tiempo para que llegue.
Yo personalmente ya he pensado bastante en lo que quiero que hagan con mi cuerpo cuando me muera y no me decido entre dos opciones, o bien que me incineren y que me tiren al océano atlántico y que me coman los peces siguiendo el círculo de la vida, o bien que me incineren y que mis cenizas las pongan en las raíces de un árbol recién plantado y que mi cuerpo alimente al árbol.