Cuidamos de las sonrisas de tus hijos desde su primer diente

Siempre digo que los niños no son adultos en miniatura. Parece una obviedad, pero es el principio fundamental que a veces se nos olvida, especialmente cuando se trata de su salud. Su cuerpo, su forma de pensar y, sobre todo, su manera de sentir y gestionar las emociones, operan en un universo completamente diferente al nuestro. Y su boca, por supuesto, no es una excepción. La boca de un niño es un ecosistema en constante cambio, un escenario dinámico donde los dientes de leche nacen, cumplen su función y dejan paso a los dientes definitivos. Es un entorno delicado que requiere un enfoque, una paciencia y unas habilidades muy específicas. Es precisamente porque entendemos este universo en miniatura que la odontopediatría Vigo se enfoca de una manera completamente distinta a la odontología de adultos. Nuestro objetivo no es solo tratar dientes, sino cultivar una relación positiva y duradera de los niños con su propia salud bucal, sentando las bases para que se conviertan en adultos sin miedo al dentista.

Uno de nuestros mayores empeños es combatir el miedo, esa fobia al dentista que a menudo es una herencia transmitida de padres a hijos. Queremos romper ese ciclo. Por eso, nuestra consulta no parece una consulta. No hay paredes blancas y estériles ni un silencio imponente. Hay colores vivos, dibujos, juguetes y un ambiente relajado y alegre. Nuestra principal herramienta de trabajo es una técnica que llamamos «decir-mostrar-hacer». Nunca hacemos nada por sorpresa. Primero, le «decimos» al niño lo que vamos a hacer, pero en su propio idioma. El eyector de saliva no es un aspirador, es «Míster Sediento», que bebe el agua de la boca. El torno no es un taladro, es un «cepillo de dientes eléctrico que hace cosquillas». Luego, le «mostramos» cómo funciona, sobre un muñeco o en su propio dedito. Y solo cuando vemos que el niño está tranquilo, curioso y nos da su permiso, «hacemos» el procedimiento en su boca, siempre de forma suave y rápida. Este proceso elimina el miedo a lo desconocido, que es la raíz de la mayoría de las ansiedades infantiles.

Es vital que los padres comprendan la importancia de los dientes de leche. Todavía escucho a veces la frase «total, si se le van a caer…». Es un mito muy peligroso. Los dientes de leche son fundamentales por varias razones. Primero, guardan el espacio necesario para que los dientes permanentes que se están formando debajo puedan erupcionar en la posición correcta. La pérdida prematura de un diente de leche por una caries puede provocar que los dientes adyacentes se desplacen, causando problemas de apiñamiento en el futuro que requerirán ortodoncia. Segundo, son esenciales para una correcta masticación y nutrición en las etapas de mayor crecimiento. Y tercero, son cruciales para el desarrollo del habla y la fonética. Además, el esmalte de los dientes de leche es más fino y menos mineralizado que el de los dientes permanentes, lo que los hace mucho más vulnerables a las caries, que pueden avanzar a una velocidad de vértigo.

Por todo esto, la primera visita al odontopediatra debería ser una experiencia social, no un tratamiento. Recomendamos que sea alrededor del primer año de vida. Esa primera visita puede consistir simplemente en que el niño se siente en el sillón (que para ellos es como una nave espacial), le contamos los dientes jugando, le enseñamos el espejo y se lleva una pegatina de premio. El objetivo es crear un recuerdo positivo, que asocie venir a vernos con algo divertido y agradable. Así, si en el futuro necesita algún tratamiento, como un sellador preventivo en una muela o el tratamiento de una pequeña caries, vendrá con una actitud de confianza y colaboración, no de miedo. Es una inversión en su futuro comportamiento como paciente.

Nuestro trabajo, sin embargo, no termina en la consulta. Una gran parte de nuestra labor es formar un equipo con los padres. Os enseñamos las técnicas de cepillado más eficaces para bocas pequeñas, os asesoramos sobre la dieta para prevenir las caries (¡cuidado con los azúcares ocultos en zumos y galletas!), y os damos pautas sobre hábitos como el uso del chupete o la succión del pulgar. Sois vosotros quienes estáis en la primera línea de batalla cada día, y nuestro papel es daros las mejores armas y la información más clara para que podáis cuidar de la sonrisa de vuestros hijos de la mejor manera posible.