Si tienes ordenadores antiguos y estás harto de ellos, espera un poco. A lo mejor los necesitas en un futuro a corto plazo. O más bien, lo necesitan tus hijos. En la empresa servicios mantenimiento informatico Valencia me han explicado los diferentes tipos de ordenadores que existen para los más pequeños.
En las tiendas podemos encontrar gran cantidad de ordenadores para diferentes franjas de edad. Entre 1 y 3 años ya existen juguetes tipo ordenador que están más cerca de los juguetes que de la tecnología. Se trata de que los bebés cacharreen un poco, dándole a las teclas. Algunos de los más populares vienen con teclas con dibujos de animales y cuando se aprietan escuchamos el sonido característico del animal en cuestión.
Por lo tanto, estos juguetes cumplen una función interesante enfocada no tanto para que los más pequeños se adapten a las nuevas tecnologías, sino más que para que vayan desarrollando algunos de sus sentidos.
Un poco más adelante, los niños empiezan a mostrar interés por los ordenadores, móviles y tablets de sus padres. Es un momento delicado ya que no sabes muy bien lo que puede pasar en el momento en que pones tu móvil en la mano del niño. Lo primero es que se va a caer y lo segundo es que va llamar a tu jefe balbuceando.
Tampoco es tan sencillo comprarles un móvil o una tablet para que la usen en sus juegos. Como decíamos más arriba, es interesante reservar esos ordenadores o aparatos antiguos que se han quedado obsoletos (y hoy en día todo se queda obsoleto muy pronto) para que sean aprovechados por los más pequeños. Es ya muy habitual ver a niños bastante pequeños obnubilados con sus tablets. Este tipo de tablets básicas también pueden ser adquiridas en tiendas como la de empresas servicios mantenimiento informatico Valencia.
¿Y a qué edad deben entrar en contacto con estas tecnologías ‘para mayores’? Nadie se pone muy de acuerdo en este asunto. En nuestra opinión, consideramos que es inevitable que en nuestra época se adapten rápidamente a las nuevas tecnologías. No lo podemos (ni debemos) evitar pero si tenemos la obligación de regularlo hasta bien superada la adolescencia.