Todo el mundo se acuerda de las Islas Cíes cuando llega el verano. La idea de tumbarse en las arenas de Rodas a tomar el sol es altamente apetecible y podemos ver, a diario, como cientos de personas suben en los ferrys que los transportan a un día de ensueño en ese paraíso natural. Pero ¿qué sucede durante la temporada baja?
En la temporada baja todo cambia en las islas. El camping en el cual tienen la oportunidad de quedarse a pasar la noche los visitantes, cierra durante largos meses y lo mismo sucede con el servicio de cafetería. La isla no cuenta con población, por lo que queda totalmente desierta, exceptuando los controles y vigilancias que se realizan en un espacio natural de estas características.
Pero es posible visitar Cíes en temporada baja y quienes lo han hecho, coinciden en decir que es una experiencia muy especial. Totalmente diferente a la que han disfrutado en verano, pero igualmente mágica y digna de realizarse.
Durante el otoño y el invierno las Islas Cíes tienen un cupo de visitantes mucho menor que en verano, lo cierto es que raramente se va a dar la circunstancia de que haya demasiada gente interesada en ir. Esto hace que no haya que solicitar los permisos, siendo mucho más cómodo y fácil ya que se puede decidir a última hora, en función del tiempo, si se realiza o no la salida.
La frecuencia de los ferrys es menor y por tanto hay que tener mucha cuenta de los horarios. Además, la oferta es diferente ya que lo habitual es ir con una visita guiada que se realiza una vez al día y solo en determinadas fechas, normalmente fines de semana y algún día entresemana para que puedan acudir colegios.
La visita guiada es una excelente forma de conocer la isla y de estar en ella el tiempo necesario para poder contemplar este espacio prácticamente vacío y entender todo lo que sucede en el mismo durante todos estos meses en los que, normalmente, la gente se limita a contemplar las islas desde la costa sin acudir a visitarlas.
Podrá conocer algo más sobre su historia, sobre los animales que habitan en ella, incluyendo las aves protegidas y entender toda la riqueza de este paraje. De esta forma, cuando llegue el verano y se regrese esta vez con la idea de disfrutar de la playa y el sol, se apreciará mucho más lo que se está viendo.