¿Aparentas más años de los que tienes?

¿Cada vez que alguien trata de adivinar tu edad te pone más años encima? ¿Creen que eres la persona de más edad de tu grupo de amigos cuando eres de los más jóvenes? Tal vez, el problema sea que tu piel ha envejecido más rápido de lo que debería. Cuando la piel comienza a verse apagada, es el primer síntoma de que algo no va bien. Si aparecen marcas de expresión, sequedad y se nota que el óvalo pierde definición, no hay duda de que el proceso de envejecimiento ha dado inicio. Y si esto ocurre antes de lo que debería, tienes que ponerle freno cuanto antes.

El primer paso es acudir a un dermatólogo en Vigo que tenga consulta de dermatología estética. Te hará un examen de la piel para saber a qué es debido ese envejecimiento prematuro. Las causas pueden ser muy variadas: el tabaco y el alcohol, por ejemplo, hacen que aumente el número de radicales libres y estos causan ese deterioro. También una mala alimentación, la falta de ejercicio o cambios brusco de peso pueden causar este tipo de problemas.

Pero a veces es algo un poco más complejo, como una predisposición genética o que tu piel no esté asimilando bien las vitaminas que le aportan los tratamientos que le das y las comidas que haces. Por eso, el dermatólogo es fundamental para ayudarte. De otro modo, estarás probando cremas y productos que pueden no ser adecuados para tu piel y que acaben acelerando aun más el envejecimiento en lugar de frenarlo.

Una vez que el médico ha conseguido ver qué es lo que hace que te veas mayor de lo que eres, viene el segundo paso, que es ponerle solución. Esto tiene, a su vez, dos fases: frenar el proceso y tratar de revertirlo en lo posible.

Esto conlleva un tratamiento de tipo personalizado en el que, normalmente, se van a combinar cremas y rutinas que la persona podrá hacer en su propia casa todos los días, con otros más sofisticados y avanzados, como los tratamientos con láser para borrar manchas o para mitigar las arrugas.

Los tratamientos pueden ser también ligeramente más invasivos, pero sin llegar a la cirugía estética, como por ejemplo el empleo de hilos tensores para dar definición al óvalo de la cara o al botox para borrar las feas marcas que se forman en el entrecejo.